Las gotas que recorrieron ayer cada mejilla aurinegra están llenas de orgullo. La emoción y el sentimiento que se vivieron en la tribuna amarilla y negra muestra lo que los jugadores nos hicieron sentir en cada partido, porque fueron ellos los que empezaron a convertir este momento en realidad, a punto tal de meternos en una definición que inundó de ilusiones a cada uno de nosotros.
La fiesta que hicimos en cada una de las canchas es inigualable, la alegría que siento al ser Panza Rayada, es más grande aún. Por los cantitos, por cada jugada, por el aliento, por la gente, por los colores, por cada partido, este equipo merecía ser campeón.
Al margen pongo a los arbitrajes, cómo entender que un señor vestido de negro nos haya robado medio corazón en la primera definición, cómo aceptar que las decisiones, erróneas por cierto, nos hayan quitado la chance de estar festejando la victoria hasta el cansancio.
Sí, es cierto, la bronca irrumpe con un nudo en el pecho que llena los lagrimales y termina en llanto, pero la conciencia aurinegra puede más. Y puede más porque sabemos del esfuerzo de nuestros jugadores, porque fuimos testigos presénciales de los huevos que dejaron en cada encuentro, porque nos demostraron que llevan la camiseta impregnada en la piel como si formara parte de ellos mismos, porque marcaron en forma bien clara porque este equipo es grande. Es grande por lo que siente su gente cuando va a la cancha, es grande porque le puede ganar al mismísimo Rivadavia en su cancha, a tal punto de que estén gran parte del partido con diez jugadores dentro de su área, es grande porque la pasión de la hinchada concuerda directa y proporcionalmente con el espíritu de quienes nos representan dentro de un campo de juego.
Hoy, por todo ello, estoy más orgulloso aún de ser HINCHA DE JORGE NEWBERY, porque en el césped del Panamericano quedaron pedacitos de sudor y corazón amarillo y negro, porque las lágrimas que después nadaron entre todos nosotros muestran lo eternamente enorme que es el Auriné...
... PORQUE SER AMANTE, HINCHA Y SENTIMENTAL DE JORGE NEWBERY... EMOCIONA HASTA LAS LÁGRIMAS...
Juan David Waslet
La fiesta que hicimos en cada una de las canchas es inigualable, la alegría que siento al ser Panza Rayada, es más grande aún. Por los cantitos, por cada jugada, por el aliento, por la gente, por los colores, por cada partido, este equipo merecía ser campeón.
Al margen pongo a los arbitrajes, cómo entender que un señor vestido de negro nos haya robado medio corazón en la primera definición, cómo aceptar que las decisiones, erróneas por cierto, nos hayan quitado la chance de estar festejando la victoria hasta el cansancio.
Sí, es cierto, la bronca irrumpe con un nudo en el pecho que llena los lagrimales y termina en llanto, pero la conciencia aurinegra puede más. Y puede más porque sabemos del esfuerzo de nuestros jugadores, porque fuimos testigos presénciales de los huevos que dejaron en cada encuentro, porque nos demostraron que llevan la camiseta impregnada en la piel como si formara parte de ellos mismos, porque marcaron en forma bien clara porque este equipo es grande. Es grande por lo que siente su gente cuando va a la cancha, es grande porque le puede ganar al mismísimo Rivadavia en su cancha, a tal punto de que estén gran parte del partido con diez jugadores dentro de su área, es grande porque la pasión de la hinchada concuerda directa y proporcionalmente con el espíritu de quienes nos representan dentro de un campo de juego.
Hoy, por todo ello, estoy más orgulloso aún de ser HINCHA DE JORGE NEWBERY, porque en el césped del Panamericano quedaron pedacitos de sudor y corazón amarillo y negro, porque las lágrimas que después nadaron entre todos nosotros muestran lo eternamente enorme que es el Auriné...
... PORQUE SER AMANTE, HINCHA Y SENTIMENTAL DE JORGE NEWBERY... EMOCIONA HASTA LAS LÁGRIMAS...
Juan David Waslet
